Por: Mikel López Iturriaga | 25 de abril de 2014
El Comidista continúa su serie de entradas con listas gastronómicas al margen de lo convencional. Los ‘hit parades’ se publican un viernes de cada mes alternando con el consultorio ‘Aló, Comidista’ y los planes para el fin de semana.
Paradojas de nuestro querido país: España es uno de los países con mayor tradición vinícola del mundo, y donde se producen algunos de las mejores variedades de esta bebida. A la vez, el consumo está en mínimos históricos, tras haber descendido de los 45 litros por habitante al año que se tomaban en los ochenta a los menos de 20 actuales. ¿Qué está ocurriendo? No hay que ser un lince ni hacer grandes estadísticas para darse cuenta de que, entre otros factores, el público joven (y el no tan joven) cada vez pasa más del vino, en beneficio de otros alcoholes como la cerveza o los destilados mezclados con refrescos.
Ante este panorama, muchas bodegas están haciendo un esfuerzo por despojar a su producto de la imagen viejuna o elitista que tanto daño ha hecho a las cifras de venta. Para apoyar esta fantástica bebida y difundir la idea de no hay que ser un entendido para disfrutarla, hemos pedido a tres expertos que nos recomienden unos cuantos caldos fáciles y asequibles a la par que deliciosos para todos los públicos. Sin retrogustos, ni redondeces en boca, ni maridajes rebuscados: tómalos con lo que te salga de la uva.
DO Conca de Barberà. 9,25 euros.
Nuestro tercer asesor es Quim Vila, propietario de la tienda especializada Vila Viniteca, que comienza recomendando un blanco de uvas macabeo y chardonnay. «Procede de un paisaje abrupto, rodeado de altas cumbres, bosques de robles y encinas en el Parque Natural de las Montañas de Prades, y tiene aromas exóticos como la piña, maracuyá y notas minerales. Está espectacular con unos berberechos y todo tipo de pescadito».